Me gusta mucho la del ojo azúl. Parece tratar de emular humanidad, pero su oxidada textura y colores fríos develan su verdadera escencia, la cual no es humana.
Este pequeño espacio busca eternizar el tiempo, congelando esos instantes, esos pequeños elementos de los cuales fuimos testigos - no sólo oculares, sino también emocionales - recreando una y otra vez, a través de los sentidos, la teoría magistral de los fotógrafos: "el infinito en la palma de la mano".
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Me gusta mucho la del ojo azúl. Parece tratar de emular humanidad, pero su oxidada textura y colores fríos develan su verdadera escencia, la cual no es humana.
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